Alvaro Lorenzo Tirados, voluntario UPM, Chocó Andino, Ecuador
Proyecto “Manejo forestal Sostenible Participativo Mancomunidad del Chocó Andino (Ecuador)”
La labor que he venido desarrollando en este voluntariado está relacionada con el Plan Especial de la mancomunidad del Chocó Andino, en el que he desarrollado varios papeles. En un primer lugar, con la tarea de “facilitador”, ayudando a recopilar la información del territorio gracias a los pobladores de los distintos asentamientos que visitábamos, al tiempo que ayudábamos a trasladar al papel una serie de información con la que generamos un pequeño banco de datos. Con estos datos entramos a realizar un diagnóstico de los usos del suelo del territorio y, con este diagnóstico realizado, nos encontramos ahora en una fase creativa realizando distintos programas y proyectos para intentar subsanar las deficiencias que encontramos en el diagnóstico. Es por eso que ahora me encuentro inmerso en generar un proyecto de buenas prácticas forestales, ya que, aunque Ecuador es un país increíblemente diverso, no cuenta con una cultura forestal, por lo que se encuentra con que en un paisaje forestal hay muy pocos arboles interesantes de extraer por las malas prácticas que se realizaron en épocas pasadas. Para este proyecto hemos tenido que coordinarnos con diferentes actores, desde el Ministerio de Ambiente a las Juntas Parroquiales, pasando por otros ministerios o alcaldías.
Por otra parte, esta más humana, mi llegada a San José de Mashpi, lugar donde me encuentro viviendo, fue un largo viaje, saliendo de Madrid, entrando en Ecuador por el aeropuerto de Guayaquil, esperando durante horas el enlace para llegar a Quito. Del aeropuerto a la terminal norte de autobuses, de ahí tres horas de viaje para llegar a Los Bancos y una espera de 5 horas hasta que vinieron a buscarme al lugar acordado para al fin llegar a la finca desde donde escribo. Después de tantas horas de viaje, con las maletas a cuestas, llegué y pude dormir como si no importaran los bichos ni el ruido que generan en la noche.
A los pocos días, tras asentarme un poco, conocí el proyecto de la Mancomunidad del Chocó Andino y me ofertaron ayudar en su elaboración y desarrollo, aceptando inmediatamente.
No puedo dejar de mencionar una situación, en especial debido a la comedia de la situación, ya que aun hablando el mismo idioma, las connotaciones de las palabras son bastante distintas y la manera de la pronunciación también. En esta zona del mundo, la c, la z y la s, se pronuncian de la misma manera, por eso una noche intentamos cambiar nuestros acentos y yo solo pronunciaría la s y ellos pronunciarían todas las consonantes de las palabras. Esto nos llevó a estar muertos de la risa durante horas.