Buenos días a todxs, mi nombre es Judite Moreira Vicente y era una estudiante de Máster de Ingeniería Ambiental en la Universidad Politécnica de Madrid cuando comencé esta historia.
Si estás leyendo esto puede ser porque que dentro de poco partes hacia una nueva aventura. No sé si es tu primera vez en esto de la cooperación o incluso si es la primera vez que sales de Europa. La mía lo fue. No te voy a mentir, al principio me fue duro, no porque echase de menos algo, sino porque el choque cultural fue grande. Pasar de tener agua potable a no tenerla, de quedarte sin luz y no saber si va a volver, pasar de que te griten por la calle una vez a la semana a que te griten a cada paso, pasar a verlo todo lleno de basura y no poder hacer nada. Pero en cuestión de unas semanas he conseguido que esto sea mi hogar, he empezado a querer a este país, a sus costumbres, a la amabilidad y su alegría, a sus bailes y a sus paisajes e incluso he empezado a sentir frio cuando la temperatura baja de 25 ºC.
Yo estoy en Santo Domingo (República Dominicana) en un proyecto de valorización de residuos para crear un producto a partir de plástico de tapones. Al inicio fue desesperante, porque como en todo, quiero ir más rápido de lo que realmente puedo ir. Pero ahora estoy encantada. Mi consejo es que no pienses que vas a ser una pieza indispensable en el proyecto en el que estés, ni siquiera que lo vas a ver nacer, crecer y convertirse en algo real, disfruta de aportar tu granito desde la sombra y asómbrate por todo. Es muy bonito ilusionarse y sorprenderse de nuevo. La cooperación, al igual que la isla, o te atrapa o te escupe y, en mi caso, estoy completamente feliz de haberme lanzado a ello.
Solo ha pasado mes y medio y de verdad creo que soy una persona completamente diferente. Yo nunca pensé que fuera realmente a aprender tanto como lo estoy haciendo, sobre todo en lo personal. No sé qué te deparará el destino, pero, ¿por qué no intentarlo?