Hola a todos,
Soy Víctor Calvo ingeniero industrial graduado de la universidad madrileña Carlos III y actual estudiante de último curso del máster habilitante de tecnologías Industriales en esta misma universidad. Para realizar mi TFM decidí embarcarme en la experiencia del voluntariado, mi destino ha sido Cuba, más en concreto Moa. Moa es una ciudad del oriente cubano, muy característica por su actividad industrial relacionada con la minería, de ahí su característica tierra rojiza que acompaña a la estética de la ciudad.
El proyecto de cooperación en donde se enmarca mi voluntariado es con la Universidad de Moa, concretamente con el departamento del CETAM y los proyectos de electrificación del FRE Local. Mi trabajo aquí es formular una serie de indicadores que permitan la caracterización de las poblaciones rurales aisladas del tendido eléctrico en su proceso de electrificación con fuentes de energías renovables.
Actualmente nos encontramos en pleno proceso de entrevistas con todos los integrantes del proyecto que han trabajado en campo para poder definir dichos indicadores. Considero que puede ser un gran avance hacia una estandarización para el proceso de monitoreo de este tipo de proyectos a nivel nacional.
La experiencia está siendo enriquecedora en todos los aspectos, pero sobre todo a nivel personal. Desde el primer momento la ciudad me ha tendido una mano y me ha recibido con los brazos abiertos. Una ciudad que no está pasando por el mejor momento debido a problemas sociales, políticos y por encima de todos ellos, económicos. Las personas orientales son hospitalarias, tradicionales y abiertas a compartir contigo su forma de vida y su manera de ver el mundo. Personas orgullosas de sus raíces y con una capacidad creativa increíble que su contexto social ha hecho que tengan que “inventar” (como ellos mismos dicen) para sobrellevar cualquier situación que se les presente.
El país es un lugar precioso, no solo por su gente como comentaba en el párrafo anterior sino también por sus paisajes y naturaleza. La sensación de estar aprendiendo tanto, ayudando en la medida de mis posibilidades y en entorno como es el cubano, es una experiencia que solo puedo aconsejar a todas las personas a las que les entre curiosidad y se planteen el realizar una experiencia como esta.
Me gustaría agradecer a mi tutor Reineris por el recibimiento, la cercanía y el cariño con la que he sido tratado y en especial a la familia de Yetsy y Jose que me han acogido desde el primer momento haciéndome sentir como uno más en sus casas.
Me gustaría despedirme con una cita de José Martí que va en relación con el proyecto desarrollado en este bonito país, Cuba.
“Entre los sueños del hombre hay uno hermoso, suprimir la noche.”