maliTras llegar a Bamako desde Europa empiezas a darte que el ritmo acelerado de nuestra sociedad no existe aquí, todo se realiza con calma y sin estrés. Al no existir supermercados la compra de cualquier tipo de equipamiento necesario a la hora de trabajar se realiza en pequeñas tiendas las cuales tienen los almacenes lejos de la propia tienda por lo que hay que concienciarse que tardaran su tiempo en traerlo, asique la mejor forma de esperar es tomando un te con el propio vendedor.
El lugar de residencia en Mali se encuentra en un pueblo llamado Beleko, situado a 200 Km de la capital. A mitad de viaje la carretera desaparece dando lugar a una pista muy transitado por camiones y autobuses la cual parece una etapa del Paris-Dakar en la que a la hora de atravesar un rio es necesario hacerlo en un barcaza porque en esta época el puente se encuentra inundado.
Al llegar al pueblo empiezas a ver que la gente se reúne a las afueras de las casas, ya que estas solo se utilizan para dormir. La ONG dispone de una casa bien equipada en la que rara vez hace falta algo para el día a día. A pesar de ser invierno por las noches hace demasiado calor para dormir dentro de casa por lo que coger la mosquitera y el colchón y colocarlo en el jardín se convierte en el ritual de cada día, lo que brinda la oportunidad de dormir bajo un cielo estrellado como nunca se ha podido ver ya que en el pueblo no hay alumbrado publico.
La semana comienza muy temprano ya que hay que aprovechar las horas de sol que no son muy calurosas, por lo que a las 8 ya se esta trabajando. La función de la ONG es dotar de agua potable a pequeños pueblos en los que no existen puntos de agua potable utilizando el método de perforación baptista modificada por Geólogos sin Fronteras para zonas como Mali. Es un método muy sencillo el cual se resume en tirar de una cuerda para hacer un agujero en el suelo y la función del tubabu (persona extranjera, en lengua local) es asegurarse que todo este correcto y ayudar a los trabajadores con la tare básica.
Al final de la jornada se descansa un rato con los trabajadores y los vecinos, a pesar de que la mayoría no habla francés al poco tiempo de llevar allí puedes aprender unas pocas palabras en bambara, lengua local, que puedes mezclar con el francés para poder comunicarte de forma básica. Una vez llegas a casa por la tarde aburriese es imposible porque hasta que cae el sol no paran de venir visitas hasta que finalmente acabas jugando al futbol con la gente del barrio, el fin del partido lo marca la puesta del sol.
Los fines de semana son libres y coincide con que el sábado es el día de mercado del pueblo por lo que se aprovecha para hacer la compra de la semana y el domingo es el día de descanso que hace falta después de una semana.
Mali es una experiencia unica y enriquecedora.