Una historia que ha hecho historia…
Y cómo explicar cuando la vida, por arte de magia, te ofrece una oportunidad así (debe ser como la décima vez que escribo este artículo, pero ahí va…).
El camino no fue fácil. Tras muchos voluntariados independientes a la espalda, llegó un sueño hecho realidad. Argentina siempre ha tenido un significado especial para mí. Mi padre, exiliado político, caminante del mundo, nació en Rosario y murió en Madrid. Yo ya había ido de visita a ver a la familia pero, ¿qué era eso de VIVIR realmente en Argentina?. Y bueno, después de toda una vida ofreciendo ayudas de todos los tipos, nada mejor que el esplendor de viajar por el motivo que más me gusta: conseguir que el mundo sea mejor cada día.
Sí, no me lo podía creer. Cuando vi la llamada entrante de Rita tuve que subir corriendo a mi lugar favorito de Madrid, la azotea de mi casa, donde siempre ocurren los momentos importantes: leer, llorar, cantar, elegir la carrera, ver el atardecer, ser feliz, quedar finalista de una beca…
Y, en menos de lo que pude creérmelo, había cerrado todo lo que tenía a medias, había roto todos los muros y despedía con un caluroso abrazo al Madrid (a su gente) que tanto amo. Parece que fue otra persona quien logró todo eso.
“¡Te vas al pozo, te vas al pozo!”, me decían. Y sí, Santa Fe no es muy grande, hace un clima de locos, hay 99,99999% de humedad, pero tiene la gente más bonita que podría regalarme la vida, sin ninguna duda. ¿Qué cuánto me duró el choque cultural? 13 segundos, los que tardaron “las chicas del hostel”, mis mejores amigas, en abrirme la puerta.
La beca en Santa Fe consiste en la participación en los proyectos de extensión de la Universidad Nacional del Litoral. Tras una coordinación desde la Oficina de Extensión, los diferentes trabajos se desarrollan por toda la ciudad. Pero, ¿qué es eso de la extensión? “Es una de las funciones esenciales de la universidad, que considera a la educación como un bien público social y un derecho humano y universal: la calidad académica y el compromiso social marcan fuertemente el perfil universitario, y la UNL asume su compromiso social y promueve a través de sus políticas institucionales la más amplia democratización del saber, del conocimiento y de la cultura en diálogo con la sociedad”, según dicen “las chicas del fondo”, sus coordinadoras de la Oficina.
En concreto, los proyectos vinculados a la beca son Ambiente y Sociedad, y Economía Social y Solidaria.
El primero está ligado al Medio Ambiente, y consta de dos subproyectos. Uno, llamado Ambiente, se desarrolla principalmente en La Reserva, una región de humedales colindante a la ciudad universitaria, protegida y en la que se llevan a cabo, principalmente, actividades de educación ambiental con todos los sectores de la población de Santa Fe.
Como ejemplo, destaca el aula interactiva que se encuentra dentro del recinto, utilizada para múltiples actividades, el museo itinerante, que se presta a escuelas y se emplea para dar talleres, las visitas al área protegida, etc. Además, este proyecto está en constante movimiento, pues continuamente nos avisan para participar en diferentes jornadas de la ciudad, como La Primavera Científica, La Noche de los Museos… Además, dentro del equipo de trabajo formamos un nuevo proyecto en Villa Hipódromo, un barrio vulnerable de Santa Fe con altos problemas en la gestión de residuos y basuras, en el que llevamos a cabo talleres de reciclaje para todas las edades, en especial para un grupo de jóvenes que tiene la bella intención de seguir con el proyecto por su cuenta después de todo lo aprendido en este tiempo.
El otro se llama Guardianes del Río, y es un proyecto precioso desarrollado en Alto Verde y en La Boca, otra región de extrema vulnerabilidad dentro de la ciudad, la cual se encuentra colindante al Río Paraná. En esta área, la población vive principalmente de la pesca, artesanías y de oficios tradicionales, y cuenta con pocos recursos. Entre las escasas instalaciones del barrio, hay una escuela náutica en la que se enseña a los jóvenes el oficio de marinero y capitán, por lo que el proyecto surgió como iniciativa para ofrecerle salida a este sector de la juventud y, a su vez, darle visibilidad al barrio. Santa Fe no es una ciudad con alto patrimonio turístico; por lo tanto, se pretenden establecer paseos náuticos por diferentes lugres del río y sus arroyos para dar a conocer la belleza natural de los alrededores de la ciudad, la flora y fauna silvestre, y los puentes y edificios desde la perspectiva de una lancha en el agua, e implantarlo todo desde la Oficina de Turismo de la Municipalidad, que brinda su apoyo divulgando carteles y postales por toda la ciudad.
Por otro lado, dentro del programa de Economía Social y Solidaria
está el Proyecto Emprende, desarrollado en el barrio Las Flores, también vulnerable, en el norte de la ciudad. Su objetivo se basa en ofrecer un apoyo y una orientación laboral a las chicas del CAF (Centro de Acción Familiar) que participan en los talleres de cocina y repostería, y que quieren llevar a cabo su propio emprendimiento. Para ello, se dan talleres de diferentes aspectos, desde los legales (la legislación argentina en materia de oficios autónomos, cómo trabajar en blanco, derechos y deberes de las y los trabajadores, etc.) hasta el diseño y el desarrollo de la propia microempresa. Además, realizamos diferentes muestras para que el grupo de mujeres se de a conocer dentro de la ciudad.
A parte de los ya citados, la UNL tiene más proyectos de extensión en los que también se puede participar como voluntaria: de género, alimentación, construcción, derechos humanos… Realmente, es una labor maravillosa y una oportunidad muy especial que se ofrece a cualquier estudiante de la universidad y que todo el mundo debería probar alguna vez.
Pero, por si Argentina no deja de sorprenderte, hay numerosas actividades fuera del ámbito universitario en las que también se puede participar de forma voluntaria y solidaria, en las que me encanta ayudar, como la construcción de inmuebles en los barrios para llevar a cabo diferentes actividades, la realización de talleres ambientales, sociales, de lectura, musicales, de pintura, de teatro… (sí, también estoy explotando al máximo mis pequeñas dotes artísticas), al igual que la ayuda en la realización de jornadas de diferentes asociaciones en las plazas y locales de toda la ciudad. Además, y hablando de experiencias fuera de la universidad, tuve la oportunidad de asistir al Encuentro Nacional de Mujeres, en Resistencia, Chaco, y escuchar todos los debates, las problemáticas y los aspectos de interés que preocupan al sector femenino de este país, es decir, TODO (es así, somos mujeres, el feminismo nos toca a todas). Fue algo único que nunca me habría imaginado que viviría.
Por si fuera poco, justo este año la Universidad Nacional del Litoral acogió el III Congreso de Extensión Universitaria de AUGM, en el que participaron 1500 docentes, investigadores, graduados, no docentes, miembros de organizaciones de la sociedad civil, funcionarios de gobiernos y de diversas instituciones, y se han presentado más de 600 trabajos representando A TODAS LAS UNIVERSIDADES DE LATINOAMÉRICA. Nunca había visto a tanta gente de tantos países reunida, con sus acentos, sus proyectos y sus distintas realidades, y yo no sólo ayudé a coordinar todo eso sino que también asistí a las charlas, participé en los debates, hablé delante de todo el mundo y conocí a personas y proyectos maravillosos que me dieron ganas y esperanzas para hacer del mundo un lugar mejor… ni me lo creo.
Y ahora puedo afirmar, sin ninguna duda, que estoy loca por explotar este sentimiento que llevo dentro, y que nunca se me va a poder pasar. “Siempre donde quieras. Con fiebre de amor latente, siempre valiente. Doler a veces, vivir que somos, soplar heridas, volar muy alto, sentir con alas, besarnos libres. Hablo de estos días en los que mi corazón va más rápido que mi cuerpo, y mi vida más lenta que mis sueños. Porque quiero ser la protagonista de todas mis revoluciones” y ese tipo de cursiladas que una escribe en sus cuadernos de viaje. Donde te encuentres hoy es donde has elegido libremente estar, todos los sitios son parte del viaje, tu hogar es el camino. Al fin y al cabo, como dice Galeano, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos. Porque caminar la vida es una gran aventura. Que no falte el mate, el boluda y las ganas de comernos el mundo a besos.
Recontraenamorada de mi Argentina querida, hasta las estrellas ida y vuelta, ida y vuelta, ida y vuelta…