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Publicado por Colaborador en 28 de noviembre de 2017
Categorías
  • Romain Ferrut
Etiquetas
  • 2017
  • NICARAGUA
  • UAH

Nicaragua con ONGAWA :

¿Qué labor estamos desarrollando?

¡Vámonos!

Lunes, 8h30 de la mañana, Jesus está dándo la señal de que estamos listos para salir. Los que viajamos dejamos la oficina de Jinotega, la ciudad de las brumas y de los hombres inmortales para 2 horas de viaje hasta San José de Bocay, municipio del norte del país, en medio de los cafetales. Ahí una parte del equipo se queda, los otros seguimos el viaje, 2 horas más en un camino de tierra para llegar a la comunidad de Ayápal. Nos quedaremos ahí hasta el jueves, ése es nuestro ritmo de trabajo, de lunes a jueves en la comunidad y el viernes en la oficina de Jinotega.

Omar sigue los avances de las obras en la linea de conducción del sistema de agua, Pablo tiene una reunión con representantes del ministerio de salud, Alicia se va a las escuelas a hacer promoción de higiene con los maestros y alumnos, y a mi, me espera una tarde de trabajo con el Comité de Agua Potabe y Saneamiento.

En las comunidades rurales de Nicaragua, los pobladores tienen que hacerse cargo de las infraestructuras de agua y saneamiento, para ello elijen a un comité que se encarga de operar los sistemas y darles mantenimiento. Mi trabajo aquí consiste en hacer fortalecimiento de capacidades de este comité. Cada semana animo un taller sobre temas como el manejo de las facturas, el seguimiento de los usuarios, la redacción de actas de asamblea, el cálculo de una tarifa, la rendición de cuenta, etc. Más adelante veremos también temas como la operación de la planta de tratamiento, su mantenimiento, la protección de la fuente, etc.

De manera más puntual, me tocan otras tareas como ha sido por ejemplo redactar un manual de mantenimiento de las instalaciones escolares, capacitar a los usuarios al uso de los equipos domiciliares de saneamiento o participar en un seminario sobre un kit de análisis de calidad del agua. También he pasado un par de semanas recorriendo una zona con un compañero para hacer un levantamiento del estado de los tanques de agua de unas 30 comunidades para un futuro proyecto (¡eso ha sido un excelente pretexto para caminar en las montañas y encontrarnos con paisajes espectaculares!).

¿Cómo fue la llegada?

Al llegar, un taxista vino por mi al aeropuerto y me llevo a un hotel. Al día siguiente vino por mi Rosa, la representante de la organización y viajamos juntos de Managua a Jinotega. En Jinotega también me tenían un hotel reservado. La primera noche me fui a cenar con Rosa quien me hizo briefing, sobre todo de las normas de seguridad, el contenido del voluntariado lo iba a descubrir más tarde.

El secundo día, dos compañeras me llevaron a visitar habitaciones, pase una noche más en el hotel y el tercer día ya me instalaba en una habitación alquilada por una familia.

El primer mes, estuve acompañando a varios compañeros e hice muy poco, estaba sobre todo observando, enterrándome. Ha podido ser un poco desesperante por momentos pero es un paso necesario.

¿Y el contacto con la cultura?

La mañana de mi cumpleaños me encontraba en el cañón de Somoto, estaba con amigos en casa de una familia que proponía hospedaje, comida y paseos por el cañón. En lo que desayunábamos, dos muchachas estaban pelando maíz y nos enteramos que estaban preparando guïrilas, una especialidad nicaragüense. Las guïrilas podrían parecerse a las tortillas mexicanas pero son mas gruesas y dulce, se hacen con maíz tierno y no se les hecha cal como para las tortillas mexicanas. Generalmente se comen con crema y cuajada.

Así que aprovechamos para aprender a prepararlas y empezamos a pelar maíz con ellas. Una vez el maíz pelado, se separan los granos de la mazorca con un cuchillo. Cuando tienes todos los granos en un balde, hay que limpiarlos es decir quitar los hilos (esos hilitos que tiene el maíz). Para ello hay una técnica : hundes las manos en un balde de agua para mojártelas y luego en el balde de maíz, los hilos se pegan a las manos mojadas, entonces vuelves a meter las manos en el balde de agua para despegar los hilos y repites eso hasta que no queden hilos entre los granos de maíz.

Después de eso hay que moler los granos para obtener una masa. El molido es manual y cuesta bastante esfuerzo. Tardamos como media hora en moler todo, turnándonos cuando nos cansamos.

Finalmente, se hecha la masa en una hoja de plátano dándole su forma redonda y se cuecen las guïrilas una por una en la hornilla de leña. Hacer guïrilas es un proceso largo de varias horas. Cuando terminamos ya era hora de almorzar, nos sentamos en una mesa, rendidos, con la ropa manchada con masa y oliendo a humo de leña, pero contentos. En ese momento las muchachas me trajeron cantando, una guïrila sobre la cual se encontraba una vela de cumpleaños. De éste pastel, ¡sí que me acordaré!

¿Qué me está aportando el voluntariado?

El voluntariado es una gran oportunidad de conocer una realidad distinta, poner en dudas sus certidumbres, y descubrir otros modos de vida relacionados con otros valores.

Me asombró por ejemplo el hecho de que a pesar que en Nicaragua hay una gran producción de café, no hay mucha cultura de tomarlo. El café que se sirve en los comedores muchas veces es intomable sin azúcar, crema y resignación. Es que la casi totalidad del del café producido es para la exportación y sobre todo, la mejor calidad siempre se dedica a la exportación que ofrece un mejor precio que el mercado nacional.

También pude observar que Nicaragua es un país muy agrícola y que aparte de la gran cantidad de gente que vive directamente del trabajo en el campo, mucha gente que vive en la ciudad, de trabajos calificados, no ha abandonado su vínculo con la tierra y sigue siendo dueña de una finca, cosa que no suele pasar en Francia donde el mundo rural y el mundo urbano están bastante desconectados. Así, muchos de mis compañeros, además de su trabajo en la organización, están explotando unas manzanas de tierra (una manzana = 0,7 hectáreas) .

Ser testigo de un proceso electoral, en este caso elecciones municipales, ha sido instructivo igualmente. Creo que se puede afirmar que la manera de hacer política en Nicaragua es bastante distinta de lo que se entiende en Europa. Hay mucho clientelismo y las pasiones políticas fácilmente pueden desencadenar actos violentos.

Esas cosas que acabo de contar no son ningún secreto pero es bastante distinto enterarse vía medios de comunicación de acercarse personalmente a una realidad. Uno llega a un mejor entendimiento de un contexto cuando tiene la oportunidad de experimentarlo personalmente y creo que esto es el mayor valor agredido del voluntariado.

Aunque en mi caso puedo decir también que representa una valiosa experiencia profesional. Acabo de cruzar el postgrado de “Agua, Saneamiento e Higiene en Cooperación Internacional” de la universidad de Alcalá, y estaba ansioso por tener una primera experiencia en ese campo para poner en práctica los aprendizajes del posgrado. Desde el punto de vista profesional, es totalmente positivo, el voluntariado me permite ser parte por un tiempo de una organización que me interesa mucho, estar en contacto con profesionales, y poner a prueba mis habilidades.

Román Ferrut

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