VOLUNTARIA UPM en el proyecto DISEÑO INTRANET RECUPERACIÓN SERVIDOR Y SISTEMA SIG en el MUNICIPIO DE TECOLUCA, SAN VICENTE, EL SALVADOR
Diseño Intranet Recuperación Servidor y Sistema SIG
Mi nombre es Cristina Martín y mi proyecto se desarrolla en una zona rural llamada Tecoluca, que es uno de los municipios de San Vicente (El Salvador).
Llegué a El Salvador aproximadamente hace mes y medio. Salí del aeropuerto en la busca de alguien con un cartel con mi nombre y el resultado fue nulo. Tras veinte minutos de total incertidumbre allí apareció Santos, con una sonrisa y un cartel con mi nombre mal escrito. En el viaje de camino me contó su visión sobre la vida en El Salvador y sus costumbres. Me pareció todo tan curioso que se me olvidó todo y el viaje de una hora se me pasó volando.
El primer mes lo pasé viviendo en San Vicente, una ciudad al lado de Tecoluca. En San Vicente viven Herbert y su familia, el responsable de cooperación de la Alcaldía de Tecoluca. En todo ese tiempo me convertí en la “hermana mayor” de la familia y ellos en mis “papás”. Todas las tardes-noches las pasaba con Andrea, su hija, jugando a las cartas, a la comba o practicando con el diábolo. Tanto le gustó el diábolo que voy a tener que dejármelo en aquí.
También durante ese mes me enseñaron mucha de la comida salvadoreña. Tanto me enseñaron que me he tenido que apuntar al gimnasio porque no hay nadie que aguante el saque que tienen aquí.
Vivir con una familia salvadoreña durante ese tiempo creo que provocó que mi adaptación al país fuera más fácil. Gracias Herbert, Aida, Andrea, Mafer y Margarita por cuidarme como a una “bicha” más y hacer que no me sintiera sola durante los primeros momentos aquí.
Los días empezaban a las cinco y media. Nos arreglábamos y bajábamos a Tecoluca. Parábamos en el mercado a comprar comida y desayunábamos junto con Reina, Orlando y la niña Iris en la Alcaldía. Algunos días, otras personas que trabajan en la Alcaldía también se unían. Durante este ratito nos dedicamos a comer, hablar y sobre todo reír. Estos desayunos me gustaron tanto que a día de hoy continuo con esta costumbre a pesar de que ya estoy viviendo en Tecoluca y no es necesario que madrugue tanto.
Después de ese gran relajo, comienza la jornada. Al principio trabajaba en la unidad de informática conociendo en profundidad el SIG y llevando a cabo actualizaciones de los datos (la última vez que se cargaron datos fue en el 2016). Ahora mismo he comenzado a trabajar con el resto de unidades formando al personal de la Alcaldía en el tema de los SIG. Esta segunda etapa provoca sensaciones contradictorias en mí: en ocasiones es dura ya que comienzas con una planificación que de repente se rompe porque aquí el ritmo de vida es bastante más relajado. Por otro lado, me gusta mucho porque trabajo directamente con la gente, conociéndola. En fin, que a pesar de todo vamos por buen camino.
Ahora que estoy en Tecoluca, al terminar de trabajar vuelvo a casa. El camino a casa no son más de dos minutos pero siempre se hace bastante más largo porque me entretengo hablando con alguien. La verdad es que Tecoluca es un pueblo muy tranquilo, así que hay que buscarse nueva aficiones: yo he empezado por apuntarme al gimnasio y a una liga de futbol de mujeres.
Mi rutina el fin de semana es bastante diferente ya que, hasta hace unas semanas, la ocupaba viajando y conociendo sitios increíblemente preciosos de El Salvador. Y digo ocupaba porque desde que estoy en Tecoluca me encanta pasar aquí los días. No quiero renunciar a vivir la experiencia de hacer vida en el pueblo aunque planeo seguir haciendo algunas escapadas. Este sábado va a ser mi primer baile y estoy totalmente emocionada.
En resumen, esto está siendo una experiencia maravillosa, sobre todo en la parte más personal. Venir sola a un país que no conoces no es una experiencia fácil. He aprendido que soy capaz de adaptarme a vivir en un país con una cultura completamente diferente ¿y lo mejor? ¡Que me encanta!
Cristina Martín Bris