VOLUNTARIO URJC en el proyecto CAPACITACIÓN Y PRODUCCIÓN DE MATERIAL AUDIOVISUAL PARA SENSIBILIZAR E INFORMAR SOBRE EL TRABAJO EN SERVICIOS EDUCATIVOS en el CENTRO DE MULTISERVICIOES EDUCATIVOS (CEMSE), BOLIVIA
Estaba siguiendo en directo el recuento de las elecciones generales de Bolivia con bastante atención, cuando me mandaron el recordatorio del artículo intermedio. Mi primer pensamiento fue; “pero eso lo tendré que hacer cuando lleve la mitad del voluntariado”. Pues nada, que miro el calendario y queda menos de la mitad.
Estos pensamientos se alternan con los de las elecciones, pero enseguida me embarga la duda de “¿cómo es posible que lleve más de un mes en Sucre?
Aún recuerdo mi primer contacto con el país; llegando de madrugada en Santa Cruz, donde habían perdido mi maleta y tuve que empezar la aventura con lo puesto y un poco de miedo. La primera semana cambié ese miedo por mi maleta no sin la ayuda de algunos miembros del centro con el que colaboraría, que me abrieron su mundo, su país y sus vidas.
Adaptarse a este mundo que comento no es sencillo. Junto a la maleta tienes que perder varias equipajes con los que viajas desde Barajas pero no facturas; ciertos prejuicios con los que a veces partes, un modo de trabajar y de vivir con prisas, una mente cuadriculada donde mides todo lo que ha pasado y lo que va a pasar, y unos valores o, por así decirlo, prioridades, que ves que no sirven de nada cuando te abres al mundo.
Hay ciertas cosas a las que aún me cuesta acostumbrarme, como que he tardado 3 semanas en empezar a trabajar tras luchar por poder aportar tu valor, buscar tu lugar es algo con lo que hay que lidiar, pero te hace madurar. Y a la comida, lo siento pero la comida española es algo que me produce una evocación digna de Proust.
Pero merece la pena. Cada día en el que conoces a alguien nuevo, en el que cruzas una calle en la que hay algo que despierta tu interés, cada nuevo sitio en el que preparan el pollo de una forma que no conocías, cada nuevo proyecto que no sabes qué te va a deparar, a dónde te va a llevar o qué vas a aprender, pero sabes que lo vas a hacer.
Merece la pena hacer el esfuerzo por adaptarse, ya que cada foráneo que se cruce contigo no va a tener ninguna duda en que te adaptes, en ayudarte en todo y darte lo que pueda, e incluso en lo que no pueda. Merece la pena conocer esta vida, este mundo y este país hasta el punto en el que te interesa seguir las elecciones generales de Bolivia.