● IMPRESIONES
Al llegar, el equipo de la UTB que me esperaba fue muy acogedor y con una dinámica horizontal. No obstante, también se notaba que estaban con sobrecarga de trabajo, por lo que respecto a nuestro proyecto en concreto podía percibirse un poco de dejadez. Mi compañera de voluntariado también fue amable al integrarme rápidamente en lo que se había hecho y conocido hasta entonces. Sin embargo, sus tiempos para cumplir los objetivos eran más rápidos que los del equipo de la UTB. Por lo que había un poco de tensión respecto a la dinámica de trabajo. Esto me generaba confusión y frustración.
● OBJETIVOS
Hasta ahora no nos compartieron los objetivos específicos del proyecto ni cuáles son exactamente nuestras competencias como voluntarias en la Unidad Académica de Comunicación contra la Violencia (UACV). Sólo se nos ha dicho que tenemos que instaurarla en la UTB junto al equipo.
Esta falta de delimitación ha hecho que asumamos tareas de coordinación, lo cual es muy grato, mas nos ha quitado tiempo para realizar lo que asumimos que eran nuestros objetivos: la producción audiovisual de piezas que investiguen y comuniquen contra la violencia.
Por lo tanto, nuestros objetivos han mutado y además de las piezas y la coordinación, estamos realizando talleres con el mismo fin de usar la comunicación como herramienta de prevención y acción ante las múltiples violencias, así como participando en clubes de lecturas en barrios marginalizados para que las infancias sepan leer y lo que eso implica.
Entonces, se ha cumplido al menos el objetivo de ser un equipo que trabaja de manera colectiva y consciente. Aunque me gustaría que hubiera una estructura más clara de funcionamiento.
● EVOLUCIÓN
Diría que la UACV se está materializando sin prisa pero sin pausa en cada una de las pequeñas acciones que vamos haciendo como equipo. El apoyo humano y la escucha activa a las emociones ha sido primordial para levantar una Unidad que no sólo analice de fachada las problemáticas sociales y cómo comunicarlas, sino que en esencia sea una que se cuestiona desde dentro las violencias y los lugares de enunciación que la conforman para transformar las dinámicas de trabajo en la universidad y poder trabajar con comunidades. Así, la confianza en los saberes del equipo se sigue fortaleciendo.
Esto es positivo para hacer ver enfoques de los que carecía la Unidad, como el de la violencia hacia la diversidad ltgbiqa+. He podido compartir que el hecho de no considerar esto ya es una violencia que olvida e invisibiliza sobre todo cuando Cartagena es una ciudad con altas cifras de agresión hacia este colectivo. Si bien es agotador recordar esto y pedir que se escuche, el equipo ha sido receptivo y estamos viendo qué hacer al respecto.