PROYECTO «YO LEO» EN BARRANQUILLA, COLOMBIA
La actividad que principalmente desarrollo aquí en Barranquilla es mediante el Programa de Univoluntarios en la Universidad del Norte, institución que me permite a mí y a mis compañeros/-as del voluntariado estar presentes en dos sitios diferentes desarrollando actividades de colaboración y cooperación para niños/-as de 6 a 14 años. Estos lugares son “Palermo” y “Me Quejo”, dos barrios marginales que se encuentran en las afueras de la ciudad. En estos dos lugares hacemos tareas que tienen que ver con procesos educativos de alfabetización y escritura en niños/-as que están en situaciones de riesgo de exclusión social.
Estas actividades se desarrollan desde las necesidades que se detectan en el día a día trabajando con ellos/-as, por lo que se trabaja también desde la dinámica del juego para que lo puedan disfrutar mucho más. Se trabajan diferentes temas que van desde del amor y la amistad a temas que tienen que ver con la familia, la cultura, y el gusto por el aprender, entre otras cosas. Además de esto, también participo en todas las tareas que tienen que ver con la organización del Proyecto, es decir: horarios de voluntarios/as, reuniones para el desarrollo del Proyecto, conseguir cooperadores para las meriendas de los más pequeños los días en los que se desarrolla la actividad, coordinar las actividades y colaborar con entidades que nos apoyan, como es en el caso de Palermo.
En el caso de Palermo colaboro con la Fundación “Buenamar” cada jueves. Esta organización se encuentra adscrita a la empresa “Coremar”, en las afueras de Barranquilla. Allí, colaboramos con un colegio y ofrecemos clases que tienen que ver en mi caso con la mejora en los procesos de lectoescritura en aquellos estudiantes que presentan más dificultades, tanto a niños/-as de edades primarias como a adolescentes. Además de esto, dentro de la posibilidad de mis horarios colaboro con otros voluntariados dedicados al medioambiente entre los cuales, sobre todo he participado quitando plástico y otros residuos contaminantes para el planeta en las playas del distrito de Barranquilla, Atlántico.
Cuando llegué a Barranquilla el 15 de julio de 2018 fue todo muy chocante desde el punto de vista cultural, es la primera vez que me voy tan lejos, pero fue muy enriquecedor ya que desde el primer momento me encontré con una sociedad muy hospitalaria y muy amable. Desde el primer momento me quisieron ayudar en todo, hasta con el traslado a mi primera casa ya que me vinieron a buscar encantados. El segundo día en Barranquilla fue cuando conocí a mi Coordinadora del Proyecto, y fue cuando pude conocerlo un poco más a fondo. Ella y las demás compañeras de la Oficina me mostraron todos los puntos importantes que trabajan dentro de esta actividad, así como a los voluntarios y voluntarias del Proyecto. No obstante fue cuando comencé a ir al Proyecto cuando empecé a conocer un poco mejor la actividad, así como a todos los participantes. Fue muy bonito y enriquecedor porque me encontré con una gran cantidad de buenas personas muy trabajadoras, con las mismas ganas que yo de cooperar. Por la parte de los niños y niñas, es cierto que muchos de ellos presentan conductas un poco difíciles por el contexto en el que se encuentra, pero me siento muy afortunada de poder contribuir y mostrarles un mundo mejor para ellos a través de la Educación. Es maravilloso poder trabajar con los más pequeños/-as, ver sus caras de felicidad al estar con ellos/-as, y ver las ganas con las que aparecen todas las mañanas del sábado al Proyecto. Es muy gratificante, me los llevaría a todos/-as a España conmigo, jeje.
Por otro lado, quiero destacar que el proceso de integración ha sido muy fácil, en primer lugar por el idioma ya que hablando español es más fácil poder integrarte. Aquí, desde el minuto que he conocido a gente me han invitado a salir, desde la vecina hasta el portero de mi edificio, ya que más de una vez me han dejado compartir con ellos y su familia la rica comida de Colombia. También por supuesto las compañeras de la Oficina, quienes con gusto me han invitado siempre a sus celebraciones y fiestas con su gente. A través del Voluntariado he podido conocer a amigos y amigas, los cuales me han invitado ya a varios lugares como son Cartagena de Indias, Palomino y también Minca, ya que tenían casas allí; a través de estas oportunidades he podido conocer a personas con las que comparto intereses e inquietudes. Y no sólo eso, sino que he tenido la gran suerte de conocer a dos grandes amigos (de las veces que he viajado en Uber), y gracias a ellos he podido conocer sitios, como Sabanagrande, y algunos restaurantes y lugares típicos de Barranquilla, como “La Troja” (un lugar de Salsa) y “Bocas de Ceniza”, un lugar muy bonito en Barranquilla, entre el mar y el Río Magdalena. Además de esto, hemos participado en fiestas culturales de aquí como son el Día de la Independencia de Colombia, el 20 de julio, y el día de “Amor y Amistad”, el 15 de septiembre . Este día nos hicimos un regalito las compañeras de la Oficina. Además de eso he tenido la suerte de que la Universidad del Norte me entrevistara y publicaran nuestra foto en la página web de la Universidad. Por otro lado, cuando la Universidad del Norte hizo una Inducción para los estudiantes de nuevo ingreso, nos hicieron una muestra con los bailes más tradicionales de Colombia, todos preciosos. Añadir que a partir de ahí asisto a clases de Salsa caleña todos los lunes en la Universidad, me encanta.
Finalmente quiero añadir que tener la oportunidad de tener esta experiencia en Colombia es una de las mejores experiencias de mi vida, por la cual estoy muy agradecida y estoy aprendiendo muchas cosas que desconocía en lo personal y en lo profesional. Recomiendo mucho que se viva algo así porque tener la experiencia de ser cooperante es una oportunidad de poner conocer, descubrir, enseñar, aprender, ser, estar y vivir con la garantía de sentirse bien por el trabajo que se desarrolla con los más pequeños aquí. Y no sólo eso, es una experiencia que te ayuda a madurar y a crecer como persona en todos los sentidos, tanto de las cosas buenas que te pueden pasar como de las no tan buenas. Es la primera vez que vivo tan lejos de todo, y sin embargo estoy aprendiendo a desenvolverme en un contexto diferente. Estoy aprendiendo lo bueno de esta cultura que por supuesto, sin lugar a dudas, es la hospitalidad y el cariño que te ofrecen desde primera hora de la mañana diciéndome “Buenos días” por la calle sin conocerte de nada, hasta el momento en el que te acuestas en el que mi compañera de piso colombiana o mi vecina están pendientes de mí para saber qué he hecho a lo largo del día. Además de la rica gastronomía de aquí, ya que me encantan las arepas, el Arequipe, los zumos de frutas que tienen son deliciosos. Desde luego, es la mejor experiencia de mi vida. Cada lugar que visito y cada persona con la que paso tiempo aquí es una fuente de felicidad. Es un país para descubrir, con muchos climas, mucha cultura, mucha identidad y siempre con esas ganas de dar al que viene de fuera. Definitivamente Colombia siempre en mi corazón.