Me llamo Jaime Cerrolaza y soy un estudiante de Ingeniería Industrial. Actualmente me encuentro en Estelí, Nicaragua, participando en un proyecto de voluntariado desde hace casi cuatro meses. El proyecto se perfila en el ámbito universitario, colaborando con el “Centro de Investigación en Energías Renovables” de la UNAN-Managua.
Se trata de un proyecto con un amplio marco de desarrollo, ya que he tenido la oportunidad de realizar tareas muy variadas. Estoy apoyando a alumnos de la carrera de energías renovables en diferentes proyectos, tanto tesis de fin de carrera como proyectos de innovación promovidos por concursos internos de la universidad. En otra línea de trabajo, me encuentro desarrollando un estudio de sistemas de bombeo fotovoltaico en comunidades rurales de la región.
Antes de venir a Nicaragua ya había conocido Centroamérica, pues participé en un proyecto en Honduras el año anterior. Sin embargo, mi llegada a Nicaragua me supuso una grata sorpresa ya que descubrí una realidad muy diferente a la que había experimentado previamente. Tuve un gran recibimiento por parte de un país y unas gentes que día a día me siguen enamorando más. La adaptación y el choque cultural, que obviamente existen, no me supusieron ningún tipo de problema y, antes de poder darme cuenta, ya me encontraba completamente integrado en la vida nicaragüense.
Durante las primeras semanas no paraba de descubrir cosas nuevas: palabras y expresiones que no había escuchado, el sabor de frutas nunca vistas, el trato amable y abierto de gente desconocida que entablaba una conversación en cualquier lugar, etc. Fue una etapa increíble llena de estímulos nuevos que me ilusionó enormemente con la perspectiva de pasar seis meses de mi vida en este lugar.
Tras esta etapa comencé poco a poco a construir una nueva vida, crear un grupo de amigos, viajar, conocer el país y descubrir todo lo que podía ofrecerme esta experiencia. En ese momento coincidió también el desarrollo de una etapa del proyecto que me permitió realizar trabajo de campo en comunidades rurales, lo cual considero una de las experiencias más enriquecedoras que me ha aportado este proyecto.
Creo que el voluntariado es una oportunidad única de enriquecimiento personal y profesional a la vez que una forma diferente de conocer nuevas culturas, pues permite una integración en un modo de vida diferente que no se consigue simplemente viajando. Personalmente, considero que esta experiencia está suponiendo un punto de inflexión en mi vida a todos los niveles, pues me está aportando gran cantidad de cosas que no hubiera podido encontrar de otra forma. Creo que es una experiencia que no deja a nadie indiferente.
Jaime Cerrolaza Sanz
Sistema de agua potable de la comunidad “El Lagartillo”.
Reunión con los miembros del Comité de Agua Potable y Saneamiento (CAPS).
Paneles fotovoltaicos de un sistema de bombeo aislado de la red eléctrica.